Un respiro (4)

Los días siguen pasando, 37 después de llegar a 100 casos en México y aún seguimos con la expectativa de cuáles serán las consecuencias que traerá esta Pandemia ... todo sigue hablando del COVID-19, aunque ya cada vez enos escuchamos las noticias, … aprovechando que hoy es sábado y que la próxima semana tendremos el final del mes de Abril, les comparto un bello poema de Pablo Neruda que nos da un respiro en estos momentos de solidarizarnos y "estar en casa" por el COVID-19,
ODA A LA SOLIDARIDAD
¿Y allí qué hicieron?
¿Sabes?
¿Estás de acuerdo?
¿Quiénes?
Algo pasa y es tu culpa.
Pero tú no sabrás.
Ahora
yo te advierto.
No puedes
dejar así las cosas.
¿Dónde
tienes el corazón?
Tú tienes boca.
Me estás mirando
de manera extraña.
Parece
que de repente
sabes
que te falta una mano,
los dos ojos,
la lengua,
o la esperanza.
¿Pero
es posible, Pedro
o Juan o Diego,
que perdieras
algo
tan necesario
sin que te dieras cuenta?
¿Caminabas
dormido?
¿Qué comías?
¿No miraste
los ojos de las gentes?
¿No entraste
a un tren, a una barraca,
a una cocina,
no notaste la luz
enmascarada,
no has visto que las manos
del que va y viene
no sólo son sus manos:
es alguien
y algo que te buscaba?
A ti, no mires
a otro lado,
porque
no llamo a tu vecino,
a ti
te estoy hablando.
Los otros me dijeron:
"Búscalo,
estamos solos".
Las hojas
recién nacidas de la primavera
preguntaron:
"¿Qué hace Pedro?"
Yo no supe, no pude
contestar
y luego
el pan de cada día
y el cielo con estrellas
todo
pregunta
dónde vive
Juan,
y
si Diego
se ha perdido
y ellos,
ellos
allí solos
y cada día
solos,
entre silencio
y muro
mientras
que tú,
que yo,
fumamos.
¿Humo,
círculos, arabescos,
anillos
de humo
y humo,
anillos de humo y humo,
son las vidas?
No es cierto.
No te escapes.
Ahora
me ayudarás. Un dedo,
una palabra,
un signo
tuyo
y cuando
dedos, signos, palabras
caminen y trabajen
algo aparecerá en el aire inmóvil,
un
solidario sonido en la ventana,
una
estrella en la terrible paz nocturna,
entonces
tú dormirás tranquilo,
tú vivirás tranquilo:
serás parte
del sonido que acude a la ventana,
de la luz que rompió la soledad.
Pablo Neruda